Hoy queremos compartir con vosotros/as una experiencia que ha dejado una huella imborrable en nuestros corazones. Nos sentimos profundamente emocionadas, con el alma rebosante de dulzura, aprendizajes y una certeza renovada: el vínculo entre generaciones es una fuente inagotable de sabiduría y ternura.
Desde el Centro de Mayores Fundación Centro de Acogida San José, la psicóloga Raquel Álvarez Almagro y la terapeuta ocupacional Mª del Carmen Garrido Ortiz ,han diseñado un hermoso proyecto intergeneracional. Esta iniciativa, dirigida al alumnado del primer ciclo de Educación Primaria, llegó a nuestro colegio como una propuesta cargada de ilusión. Desde el primer momento, supimos que queríamos formar parte de ella.
Raquel nos presentó el eje central del proyecto: el cuento “¿A qué sabe la luna?”, una entrañable historia que nos habla de sueños, cooperación y generosidad. A través de la aventura de una tortuga decidida a descubrir el sabor de la luna, se desarrolla una cadena de solidaridad entre distintos animales, que, al unirse, logran alcanzar su objetivo común. Lo más bello del relato es su final: la luna no es solo para uno, es para todos, porque juntos lo hicieron posible.
Los días 3 y 10 de abril se han convertido en fechas especiales en nuestro calendario. Hemos tenido el privilegio de recibir en nuestras aulas a cuatro residentes del centro: Antonio, José, José María y Juan de Dios. Con su presencia, sabiduría y calidez, han logrado tocar los corazones de nuestro alumnado y docentes del primer ciclo, del aula específica y de la etapa de Infantil (5 años). Su cercanía, su entrega y su luz han transformado nuestros espacios en rincones llenos de magia y ternura.
Desde Bibliomarquesa queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a Raquel, Carmen, Ángeles y, por supuesto, a los residentes, por su tiempo, dedicación y por cada detalle con el que han enriquecido esta actividad. Su presencia ha sido un regalo para nuestros niños, niñas y profes.
Tal y como intuíamos, hemos podido confirmar que la conexión entre generaciones no solo es enriquecedora, sino profundamente transformadora. Promueve el bienestar emocional y fortalece los lazos humanos, esos que realmente importan.
Que la magia de los cuentos siga siendo el puente que nos une.
Esto no es un adiós, es un hasta pronto.