Parece que todo va volviendo a la normalidad, ¡menos mal! El curso ya ha comenzado y poco a poco, las aguas van volviendo a su cauce. Estamos muy contentos por volvernos a encontrar y compartir espacios que se llenan de vida con cada alboroto o risa. Vuelve el griterío, las carreras, el hilo musical por la megafonía... con mascarillas aún, pero aquí, presentes, cerquitas, en sintonía y acompasados.
Vosotros, los que llevabais todo el curso tras la pantalla, por fin os dejáis ver por estos pasillos interminables, que ahora, con vuestra presencia, se hacen más llevaderos. Esta entrada de principio de octubre, va dedicada a nuestro querido Alberto. No se nos puede olvidar la emoción que sentimos al verlo llegar al colegio. Todo pasa, todo llega, y él, a pesar de sus difíciles circunstancias ha sabido encontrar el motor que jamás le ha hecho rendirse.
A continuación os dejamos el enlace al cuento que le escribimos el pasado mes de junio con el que resaltamos el gran esfuerzo que demostró. Así, sus compañeros/as, los más peques del cole, que aún no entienden por qué lo llevamos en un carrito y no puede hablar como ellos/as, sabrán el verdadero héroe que se esconde tras esa carita de pillín.
¡No sabes lo felices que estamos de volver a verte en persona, campeón! Esperamos que tengas un estupendo curso y lo disfrutes como tú sabes.
Héroe de carne y hueso de Teresa Cabrera
